obsceneworld

memorias de un ser obsceno pero libre

domingo, 26 de junio de 2011

1.1 EL PROFUNDO GARAJE.

…Si intentara definir un promedio de belleza, diría que ella se encontraba a la mitad de lo que va entre lo admisible y lo horrendo, hablando propiamente de su cara. Sin embargo, cuando me dijo su edad, sentí un espasmo que ascendió desde mis bolas hasta llegar al pecho. Diecinueve años, una falda entallada y un escote generoso. Subió al auto con un dejo de torpeza disimulada. Solo tengo una hora, dijo, me cierran la puerta del albergue estudiantil si llego después de las nueve. Tomé la lateral que llega hasta la salida de la ciudad. Ella no olía a nada, tampoco me miraba. En varias ocasiones me contuve de acariciar sus piernas, de poner mis dedos sobre su concha húmeda, casi podía sentirla. Luego de veinte minutos de carretera transitada, encontramos el sitio. Ingresé por una vereda cercada por altos matorrales. Adelante, una joven con uniforme de intendencia señalaba una cochera. Ingresamos. La chica me dio las llaves y cobró el peaje, me hubiera gustado invitarla a que mostrara en privado es culo formidable que se le formaba contra la luz del coche ¿Será que puede uno llegar solo a un lugar de estos e invitar a la mucama a destender la cama, desordenar la habitación y entrar en el jacuzzi?...


Ella avanzó en reversa hacia la puerta cuando me acomodé en el sofá, esperándola. Era una huida reprimida que fue disminuyendo conforme iba extrayendo prendas de su cuerpo. El resplandor vino cuando desabroche el sostén, al instante brotó un par de senos el doble de generosos que su escote, de piel delgada y suave, esponjosos y con suaves pezones rosáceos, que lamí frenéticamente. Escuchaba atónito sus gemidos que iban subiendo de volumen. Hacía tanto tiempo que no probaba la dulzura de unas tetas jóvenes y esplendidas, que no escuchaba el gemir de una cachorra en celo. Una cachorra que lamia mi verga como toda una loba en campo abierto. Luego vino el acabose, su coño era un fresco canal agradecido, lo supe en el momento que ella acomodó el miembro contra la entrada de su agujero que chorreaba las mieles del demonio. Gimió y gimió con descaro hasta quedarse sin voz. Tenemos que irnos, reclamó. Al momento de que desencajó la verga de adentro de su concha hinchada y jugosa.


Al salir del garaje, la mucama de culo prominente se frotó las caderas y levanto el pecho con insolencia. Debí haberle ordenado que chupara mi tripa hasta extraer lo que la cachorra había dejado pendiente, debido a su prisa. Era hermosa la cachorra era en verdad linda y maliciosa, recapacité.


Haba caído la noche… Hasta entonces había logrado completar el personaje que aquella tarde no llegó a la cita. En el jardín se habían encendido las luces nocturnas y era la hora, por seguridad, de retirarse.


Decidí pues ir en busca del culo esplendoroso de la mucama que seguramente me esperaba a la entrada del garaje, al fondo de aquella vereda de altos matorrales imaginados...


domingo, 8 de noviembre de 2009

QUERIDO DIARIO: 1.1




Hoy, por fin, comienzo a escribir estas obscenas memorias: ¿por qué? ¿Para quién? ¿Con qué objetivo?... Vamos…
¡A quién le importa!

Si hay suerte, en pocas horas he de tirarme (por segunda vez) a la mujer más delgada del mundo, que no la más hermosa, aclaro; pero sus gemidos son incomparables.

En aquella ocasión, y me refiero a la primera vez que probé el sabor de la rosada carne del sexo de la mujer más delgada del mundo, a eso de las seis de la tarde arribé a mi ciudad, luego de regresar de un viaje de trabajo sin las mínimas ganas de volver a casa, así que me instalé en el hotel de quinta donde solía llevar a mis parejas de la universidad. Ya en la habitación: intenté leer, fumar un cigarrillo, beber alguna copa, mirar el paisaje desde el corredor al aire libre… en fin, me sentí solo. Recordé que, días antes había hecho contacto web con la chica más delgada del mundo, y ella había dicho que los fines de semana estaba libre, luego abrí el teléfono y le llamé, me dio una dirección y a los quince minutos ahí estaba ella, esperando en una esquina solitaria. Su figura alargada hacia una sombra interminable, subió al coche y nos dirigimos al hotel. Afortunadamente ella (una chica de universidad), no opuso objeciones a que fuese en un hotel nuestra primera cita (punto para mí).

Entramos a la habitación del hotelucho, brindamos con latas de cerveza y charlamos dos o tres tonterías sin carga sexual (punto menos para mí), sin embargo me quedaba claro que había muchas esperanzas donjuanescas con la chica delgada, por ello decidí terminar la cerveza e invitar cordialmente a la chica a pasear por ahí para llevarla a casa.

Terminé la cerveza, me puse de pie y, de pronto vi la media luna incrustada en el obligo de la chica delgada, su vientre plano me llamaba. Ella inmóvil esperándome… C O N T I N U A R A…





...c o m e n z a m o s...

viernes, 15 de mayo de 2009

jueves, 14 de mayo de 2009

Postal desde un jardín espléndido

Nuevas aventuras obscenas me han matenido fuera de este mundo cibernético... aquí unas fotos de un ser casi sobre-humano... ¡Qué delicia... no se opuede creer tanta belleza en un mundo de mierda...!











miércoles, 18 de marzo de 2009

MOTEL ILLUSIONS.


Sonó el teléfono, un mensaje en espera: ESTOY LISTA. NO TENGO MUCHO TIEMPO. ¿VENDRÁS? Al abordar el taxi miré la hora en el tarifario: 13:20.
Otro mensaje de Lore: ME VOY. ¡QUÉ LÁSTIMA! CREÍ QUE ERAS UN HOMBRE ATENTO.
-¿Hacia dónde caballero?, me dijo el taxista sin voltear a mirarme. Al motel de la salida norte, respondí. El conductor levantó los ojos hacia el retrovisor interno, guardó sus comentarios maliciosos debajo de su lengua. Aceleró a fondo.
Conocí a Lore en una sala de chat público. Hotlore, era su Nick name.
MORENA CANDENTE BUSCA A UN HOMBRE INTENSO, ME ENTREGO SIN LIMITES. URGE. Escribió ella al ingresar al sito. Después, las preguntas picantes durante algunos días a la misma hora:



- ¿CUANTO TE MIDE PAPI?
- ¿Estas mojada nena?
- ESTOY DESNUDA VEN A VERME
- ¿Te gusta por detrás?
- ¿COMO ES TU LECHE?
- ¿Gritas mucho cuando de la ponen?
- ¿TE DEPILAS LAS BOLAS?
- ¿Te gustan los piropos obscenos?
- ¿TE GUSTARÍA QUE TE MASTURBE CON MIS TETAS?
- ¿Me chuparías el ano mientras me pajeas?
- LLAMAME LA QUIERO TODA DENTRO.
- Envíame un mensaje cuando estés lista. Yo llegaré pronto.
Mi imaginación había creado una imagen perfecta de Lore, toda una playmate latina, de cabello castaño a media espalda, piernas largas, senos abundantes.
Otro mensaje de Lore: VOY DE SALIDA, ¡QUÉ PÉRDIDA DE TIEMPO!



Ingresamos en un garaje extenso. El cochero tragándose preguntas obvias. Habitación 141. Deténgase. Quédese con el cambio. Toqué el timbre. Una vez más el timbre. Silencio absoluto dentro del portón. Di me día vuelta. El taxi había salido del estacionamiento. Una voz lejana, apagada: CREÍ QUE NO VENDRÍAS. El portón se levantaba sin demasiado ruido. Adentro, un choche deportivo color durazno. ANDA, CIERRA EL PORTÓN, NO TARDES. En el recibidor, un abrigo de lana roja sobre el diván. ¿VAS A QUEDARTE AHÍ? Lore llamándome. La miré de frente. Era alta, unos centímetros más que yo. Sí, morena, de labios carnosos. Las medias negras sostenidas de sedosos ligeros. Su falta pequeñita. Las nalgas a punto de reventar la ropa. ¿QUE TE PARECE PAPÍ? Sus manos masturbándome. Las mías apretándole esas tetas hermosas. Los pezones erectos como pequeños falos. Sus labios jugosos succionándome el glande. ¡DAMELA YA¡ Las esplendidas nalgas de Lore abriéndose. Ella, inclinada sobre la cama me recibía por la parte trasera. Sí, gemía. Hacia casi el escódalo de un parto. Se lo introducía todo, hasta el fondo. De repente lloraba. Luego un profundo: AHHHH AHHHH AHHHHHH… Otra vez gemía. Sus manos apretando las mías contra su entrepierna. El jadeo intenso, imparable. El cabello de Lore sobre la cama. Sobre el piso. Mis manos masajeándole las bolas. Su verga tiesa. ¡Ya no importaba nada! Ella gritaba hondo. Su cuerpo apestaba a sudor masculino mezclado con perfume de señora exótica. ¡Valla peste! La habitación impregnada de olores. Sudor masculino. Perfume para dama. Desodorante para caballero. Semen. Mierda. Cosméticos baratos. Lore tendida sobre la cama, exhausta. Lo que quedaba de ella. Mi semen esparciéndose sobre las medias negras. Los espejos repitiendo la escena interminablemente. Lore reposando boca arriba con los ojos cerrados. La almohada rechoncha sobre la cabecera. Un movimiento rápido. Salgo hacia la cochera. Las llaves en el bolso de Lore. Sus medias negras pican. Enciendo el coche deportivo color durazno. En el retrovisor reviso el maquillaje. Salgo del estacionamiento. Aplico el bilé rojo. La falda me provoca una erección. Me gusta mi cabello largo, castaño. Soy hermosa. Por la tarde iré a ponerme uñas, mechas rojizas.