memorias de un ser obsceno pero libre

miércoles, 18 de marzo de 2009

MOTEL ILLUSIONS.


Sonó el teléfono, un mensaje en espera: ESTOY LISTA. NO TENGO MUCHO TIEMPO. ¿VENDRÁS? Al abordar el taxi miré la hora en el tarifario: 13:20.
Otro mensaje de Lore: ME VOY. ¡QUÉ LÁSTIMA! CREÍ QUE ERAS UN HOMBRE ATENTO.
-¿Hacia dónde caballero?, me dijo el taxista sin voltear a mirarme. Al motel de la salida norte, respondí. El conductor levantó los ojos hacia el retrovisor interno, guardó sus comentarios maliciosos debajo de su lengua. Aceleró a fondo.
Conocí a Lore en una sala de chat público. Hotlore, era su Nick name.
MORENA CANDENTE BUSCA A UN HOMBRE INTENSO, ME ENTREGO SIN LIMITES. URGE. Escribió ella al ingresar al sito. Después, las preguntas picantes durante algunos días a la misma hora:



- ¿CUANTO TE MIDE PAPI?
- ¿Estas mojada nena?
- ESTOY DESNUDA VEN A VERME
- ¿Te gusta por detrás?
- ¿COMO ES TU LECHE?
- ¿Gritas mucho cuando de la ponen?
- ¿TE DEPILAS LAS BOLAS?
- ¿Te gustan los piropos obscenos?
- ¿TE GUSTARÍA QUE TE MASTURBE CON MIS TETAS?
- ¿Me chuparías el ano mientras me pajeas?
- LLAMAME LA QUIERO TODA DENTRO.
- Envíame un mensaje cuando estés lista. Yo llegaré pronto.
Mi imaginación había creado una imagen perfecta de Lore, toda una playmate latina, de cabello castaño a media espalda, piernas largas, senos abundantes.
Otro mensaje de Lore: VOY DE SALIDA, ¡QUÉ PÉRDIDA DE TIEMPO!



Ingresamos en un garaje extenso. El cochero tragándose preguntas obvias. Habitación 141. Deténgase. Quédese con el cambio. Toqué el timbre. Una vez más el timbre. Silencio absoluto dentro del portón. Di me día vuelta. El taxi había salido del estacionamiento. Una voz lejana, apagada: CREÍ QUE NO VENDRÍAS. El portón se levantaba sin demasiado ruido. Adentro, un choche deportivo color durazno. ANDA, CIERRA EL PORTÓN, NO TARDES. En el recibidor, un abrigo de lana roja sobre el diván. ¿VAS A QUEDARTE AHÍ? Lore llamándome. La miré de frente. Era alta, unos centímetros más que yo. Sí, morena, de labios carnosos. Las medias negras sostenidas de sedosos ligeros. Su falta pequeñita. Las nalgas a punto de reventar la ropa. ¿QUE TE PARECE PAPÍ? Sus manos masturbándome. Las mías apretándole esas tetas hermosas. Los pezones erectos como pequeños falos. Sus labios jugosos succionándome el glande. ¡DAMELA YA¡ Las esplendidas nalgas de Lore abriéndose. Ella, inclinada sobre la cama me recibía por la parte trasera. Sí, gemía. Hacia casi el escódalo de un parto. Se lo introducía todo, hasta el fondo. De repente lloraba. Luego un profundo: AHHHH AHHHH AHHHHHH… Otra vez gemía. Sus manos apretando las mías contra su entrepierna. El jadeo intenso, imparable. El cabello de Lore sobre la cama. Sobre el piso. Mis manos masajeándole las bolas. Su verga tiesa. ¡Ya no importaba nada! Ella gritaba hondo. Su cuerpo apestaba a sudor masculino mezclado con perfume de señora exótica. ¡Valla peste! La habitación impregnada de olores. Sudor masculino. Perfume para dama. Desodorante para caballero. Semen. Mierda. Cosméticos baratos. Lore tendida sobre la cama, exhausta. Lo que quedaba de ella. Mi semen esparciéndose sobre las medias negras. Los espejos repitiendo la escena interminablemente. Lore reposando boca arriba con los ojos cerrados. La almohada rechoncha sobre la cabecera. Un movimiento rápido. Salgo hacia la cochera. Las llaves en el bolso de Lore. Sus medias negras pican. Enciendo el coche deportivo color durazno. En el retrovisor reviso el maquillaje. Salgo del estacionamiento. Aplico el bilé rojo. La falda me provoca una erección. Me gusta mi cabello largo, castaño. Soy hermosa. Por la tarde iré a ponerme uñas, mechas rojizas.



1 comentario:

Borrasca dijo...

Uffffffffffff que relato Mr. O me quito el sombrero...

Besos borrascosos